Gracias!

Ejemplo de agradecimiento.... la homilía del funeral de M Carmen Melcior. Ella no quería que en su funeral se hablara de ella, solo quería dar las gracias....
¡La leo muy a menudo!
En primer lugar quiero dar las gracias a mi marido Agustín porque con su actitud siempre cariñosa, delicada y respetuosa, (tanto antes como después de la enfermedad) me ha hecho plenamente feliz. Si he podido sobrellevar la enfermedad sin perder la paz y la alegría es gracias a él. No podéis imaginar como agradezco su capacidad de sacrificio en beneficio de mi felicidad y de la de nuestros hijos. Siempre nos ha puesto como protagonistas principales de su vida. Como digo a mis amigos: Si me tuviera que casar mil veces, las mil lo haría con él.
Me siento también orgullosa de nuestros hijos Ainhoa, Agustín y Nerea por su bondad y generosidad, por su capacidad de expresar sus sentimientos con ternura y por su actitud ante mi enfermedad, intentando hacerme la vida más agradable, con pequeños detalles más propios de un adulto que de personas de su edad.
Doy las gracias también a toda mi familia. De forma especial a mis padres. No sólo porque me he sentido muy querida sino también porque me han intentado inculcar unos valores -que no imponer- que han contribuido a que esa felicidad fuera posible. Agradezco que se nos intentara transmitir aquellos valores que ellos consideraban importantes no sólo a través de la palabra sino sobre todo a través de su ejemplo y la práctica de los mismos.
Durante muchos años, dos días a la semana mi padre iba a Caritas a pasar visita. Cuando le preguntaba por que lo hacía me contestaba: El amor no siempre se siente pero se practica. Actuar es la mejor forma de querer. El afecto a los demás, con la generosidad y la diligencia que siempre llevan implícitas, son la principal fuente de paz,  sabiduría y de satisfacción interior de cualquier persona. En cambio la dinámica del egoísmo y de la pereza conducen siempre a un callejón sin salida de agobios e insatisfacciones. La gente más feliz es aquella que dedica sus capacidades a la ayuda generosa a los demás.
Me alivia pensar que Dios es Padre. Si el mío fue extraordinario no puedo llegar a imaginar cómo será Dios.
También quiero dar las gracias a mis amigos por el cariño y apoyo que me han dado en todo momento, por su generosidad y por lo mucho que he podido aprender de ellos.
Agradezco la sonrisa amable, la palabra oportuna, la generosidad con su tiempo, la capacidad de escucharme y aliviar el sufrimiento psicológico que comporta una enfermedad larga a muchas de las personas que me han asistido como paciente en el Hospital.
Por último, agradezco a Dios que haya puesto en mi camino a todas estas personas, a las que tanto he querido. Todas ellas son mi verdadero patrimonio.

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