La sala de espera, desespera!

En el médico... ¿a quién no le ha pasado esto?
 pág. 146 de este libro....

Estamos en la consulta de un pediatra concretamente en la sala de espera, bastante llena de señoras con sus hijos pequeños.  En ese momento entra una señora, joven, agitada, con aspecto de haber corrido mucho, llegando ostensiblemente tarde, con un niño de cinco años medio empujando, medio arrastrado por su mamá.

Se sientan y los tres pirmeros mintuos fueron bastante bien, el niño se sentó balanceando sus piececitos y golpeando con ellos el sillón, al cabo de un rato, los golpecitos pasaron a ser saltitos en el sillón.

La mamá intentaba parar sin éxito, al niño.  Este de pronto, desubrió un precioso osito de peluche que llevaba una de las pequeñas pacientes, inmediatamente y a pleno pulmón gritó:
-¡Yo quiero un osito como ese!
La mamá intentó callarle, el niño seguía insistiendo a gritos, hasta que, por fín, se le ocurrió la solución y le dijo:
-Si no te callas le diré al médico y te va a pinchar.
-No quiero que me pinche-gritó el niño.
Al cabo de unos minutos descubrió unos tebeos y le dio uno a su pequeño, lo abrió rápidamente, lo miró unos mituos y abrió otro y así sucesivament. Según los iba viendo los iba dejando desparramados por la mesita de la sala de espera.
     Cuando se cansó de los cuentos empezó a tocar los adorno.  Un jarrón se desquilibró peligrosamente, aunque por fortuna no cayó al suelo.  El nerviosismo de madre e hijo iban en aumento.  Se veía claramete que el niño era un consentido, al que parece ser que habitualmente no le negaban nada y como consecuencia de ello, era bastante inaguantable.
    Todas las personas de la sala de espera pasaron un mal rato.
    No nos engañemos, a cualquiera de nosotros nos cuesta esfuerzo mantener tranquilo a un niño en una sala de espera ya que suelen tner una gran vitalidad.
    De todas formas, quizá si hubiera previsto la situación y hubiera planeado algo como la siguiente escena hubiera podido ser algo distinta:
   Ella habla tranquilamente con el niño y le motiva previamente diciéndole:
   -Cariño, el doctor te va a curar, pero no te va a hacer ningún daño, tú te vas a portar muy bien porque ya vas siendo mayorcito, y a mamá y al médico les gustará mucho ver cómo te portas muy bien.  Cuando entres en la consulta dirás:  Buenas tardes, y te sentarás tranquilo.  Mira, he comprado este cuento, que es muy bonito, y mamá te lo va a leer mientras esperamos a que nos llamen.  Como habrá niños malitos con dolor de cabeza, hablarás en voz muy baja.
   Esto no quiere decir que esperemos que baste con la conversación inicial.  Habrá que estar pendiente y repetir algún comentario. 
Una motivación adecuada y un entretenimiento pueden facilitar una larga espera con niños....

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