pereza crónica.
La familia como primera célula de la sociedad, esta llamada a educar integralmente en los valores para fortalecer la personalidad y así cultivar la formación de la voluntad, con un racional discernimiento entre el bien y el mal.
Hoy es fácil encontrar jóvenes y adultos que no cuentan con una voluntad firme y ante cualquier insinuación de líderes negativos son fácilmente manipulables y se salen de la disciplina y obediencia familiar.
Los medios de comunicación con su publicidad incitan a adicciones en temprana edad y por eso es muy importante el diálogo formativo entre padres e hijos; educadores y alumnos. La tarea educativa a nivel familiar tiene sus raíces en los esposos.
Si ellos engendran por amor, deben ayudar a los hijos a crecer y a desarrollarse a fin de alcanzar una vida plena. Al dar la vida a los hijos, los padres tienen la gravísima obligación de educarlos, orientarlos y protegerlos. Ellos son los primeros educadores de sus hijos. La formación de la voluntad de los hijos es parte importante de esa labor educativa. La unión activa de los cónyuges y el esfuerzo e interés de los hijos son determinantes en la formación de la voluntad. Hay personas a quienes nada les interesa y motiva, nada les halaga, nada les llama la atención, son personas sin voluntad de nada y de allí que mantengan una escasa motivación de superación. En los hogares, es necesario crear las condiciones para que los hijos tengan una voluntad firme que los lleve a alcanzar triunfos. Al iniciar el nuevo año escolar, es muy importante el apoyo familiar a los estudiantes, creando hábitos de lectura, estudio, trabajo y responsabilidad para que aprovechen los conocimientos científicos y tecnológicos, pero siempre mirando el desarrollo hacia la madurez de la personalidad.
Los padres de familias deben contar con elementos mínimos que orienten el manejo del tiempo libre, pues gran cantidad de jóvenes hacen mal uso de este y mantienen la pereza crónica, la mediocridad sistemática.
P. Mauro Aguirre T.
Especial para diario EL NORTE
***
Guardado***
http://www.elnorte.ec/opinion/editorialistas/10156-la-formacion-de-la-voluntad.html
Hoy es fácil encontrar jóvenes y adultos que no cuentan con una voluntad firme y ante cualquier insinuación de líderes negativos son fácilmente manipulables y se salen de la disciplina y obediencia familiar.
Los medios de comunicación con su publicidad incitan a adicciones en temprana edad y por eso es muy importante el diálogo formativo entre padres e hijos; educadores y alumnos. La tarea educativa a nivel familiar tiene sus raíces en los esposos.
Si ellos engendran por amor, deben ayudar a los hijos a crecer y a desarrollarse a fin de alcanzar una vida plena. Al dar la vida a los hijos, los padres tienen la gravísima obligación de educarlos, orientarlos y protegerlos. Ellos son los primeros educadores de sus hijos. La formación de la voluntad de los hijos es parte importante de esa labor educativa. La unión activa de los cónyuges y el esfuerzo e interés de los hijos son determinantes en la formación de la voluntad. Hay personas a quienes nada les interesa y motiva, nada les halaga, nada les llama la atención, son personas sin voluntad de nada y de allí que mantengan una escasa motivación de superación. En los hogares, es necesario crear las condiciones para que los hijos tengan una voluntad firme que los lleve a alcanzar triunfos. Al iniciar el nuevo año escolar, es muy importante el apoyo familiar a los estudiantes, creando hábitos de lectura, estudio, trabajo y responsabilidad para que aprovechen los conocimientos científicos y tecnológicos, pero siempre mirando el desarrollo hacia la madurez de la personalidad.
Los padres de familias deben contar con elementos mínimos que orienten el manejo del tiempo libre, pues gran cantidad de jóvenes hacen mal uso de este y mantienen la pereza crónica, la mediocridad sistemática.
P. Mauro Aguirre T.
Especial para diario EL NORTE
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http://www.elnorte.ec/opinion/editorialistas/10156-la-formacion-de-la-voluntad.html
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Contestaré lo antes posible.
Gracias por pasar.
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