Los tres mayores. Buscando EQUILIBRIO Y ARMONÍA
¡¡Sigo en modo Marie Kondo ON en el mundo real y en el virtual!!
«El orden -aseguró Enrique Rojas (psiquiatra)- empieza en la cabeza. Y sin el es imposible ser feliz porque quien no sabe lo que quiere, no puede serlo». Precursor de la armonía en la vida de una persona.
Cuando el orden no es innato o no tienes buenos hábitos, como es mi caso, me gustar recurrir a expertos como Marie Kondo y Enrique Rojas para seguir con la lucha... Transcribo:
El orden y la constancia son dos joyas de la conducta. Cuando yo empezaba mis estudios en la Facultad de Medicina, gracias al influjo de mis padres y en especial de mi hermano Luis, me di cuenta de la enorme importancia que tenían ambas. Voy a desmenuzar su contenido.
El orden es un valor humano que se refiere a la buena disposición de las cosas entre sí y a saber poner cada una de ellas en el lugar que le corresponde. Pero el orden tiene muchos significados, se abre en abanico y nos ofrece un muestrario de posibilidades amplio y diverso. Aquí voy a referirme a la vida ordinaria, al día a día:
1. Orden en el horario: esta es la base. Levantarse a la hora adecuada y tener una regularidad de las actividades programadas. Cuando uno tiene orden, el tiempo se dilata y se llega a más cosas. Una hora fija aproximada de acostarse y de levantarse. La disciplina nos hace metódicos, dueños de nosotros mismos.
2. Orden en la habitación: entrar a la habitación de alguien es hacer un retrato psicológico del que la habita. Puede parecer de entrada una cosa sin importancia, pero el buen observador verá cómo están las cosas que esa persona tiene y maneja a diario. Cuando hay orden, aquello desprende paz, serenidad e invita a quedarse allí. Una habitación que es una leonera, donde el desorden campa por sus respetos y todo es caótico, refleja bien a las claras la persona que vive en ella. Que cada cosa esté en su sitio y después de utilizarla, devolverla a su lugar. Según la compañía de consultores Priority Management de Pittsbusrgh, una persona media gasta un año de su vida buscando cosas perdidas. Cajones, carpetas, libretas y tener en el ordenador todo bien clasificado. Este orden simplifica la vida y produce una tranquilidad casi inmediata. El orden aporta a la vida comodidad, eficacia, simplificación de la vida, calma.
3. Orden esa prender a tirar lo que ya no sirve. Es impresionante lo que uno puede llegar a guardar si no anda con cuidado. Ordenar es saber desprenderse de lo que estorba. Y en la duda: lo mejor es tirar. Qué paz produce sacar un cajón de su sitio, ponerlo encima de una mesa y empezar a mandar cosas inútiles a la papelera. Esto parece una anécdota pequeña, pero no lo es.
4. Orden en la cabeza. El que no sabe lo que quiere no puede ser feliz. Y para eso: aprender a ser concretos, no querer tocar demasiadas teclas ni ser salsa de muchos guisos. Aprender a renunciar es sabiduría. Y al mismo tiempo es esencial tener una jerarquía de valores bien establecida: lo que es decisivo, lo importante, lo ordinario, lo marginal. El orden mental es placer de la razón y sedante de la afectividad. Tener las ideas claras produce una alegría interior que no tiene precio. Orden en la forma de vivir, de trabajar, de pensar, de superar las adversidades. Orden ético, afectivo, en las prioridades… hay un orden oculto por debajo incluso de las apariencias, que toca a cada uno descubrir.
5. Ser organizado. A esta modalidad le llamaría yo orden dinámico, que no es otra cosa que prever, adelantarse, evitar la improvisación. Frente a los puntos anteriores que estarían dentro del espectro de orden estático.
6. Orden y, a la vez, saber ser flexible. Esto quiere decir saber aceptar los cambios e imprevistos que surgen y que forman parte de la vida misma y que rompen el orden que uno tenía establecido. Entre el desordenado de campeonato y el perfeccionista y maniático del orden, hay una gama rica y multiforme. El rígido perfeccionista sufre y se altera porque las cosas no siguen la secuencia por él establecida. La persona ordenada lleva bien estos hechos y no pierde la calma.
El orden da armonía y equilibrio a la vida. Es más, me atrevería a decir que no hay verdadero equilibrio psicológico sin orden. Enrique Rojas
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Me doy cuenta que en este blog hablo mucho de los 3 mayores. Fue mi primera crianza y sin duda la mejor aventura de mi vida. En este post iré escribiendo sobre aquella época y guardaré las fotos que probablemente algunos ya habréis visto en mis redes sociales y en este blog. A ellos desde hace tiempo ya no les gusta demasiado que publique fotos suyas... ¡normal!
📷!!! Empecé con el blog allá por el 2009 y a lo largo de estos años, la fotografía ha ido la gran olvidada.. Va a ser sin duda uno de mis retos para este próximo curso 2018-2019.
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Contestaré lo antes posible.
Gracias por pasar.
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